martes, 15 de diciembre de 2015

STAR WARS, nueva vuelta de tuerca, desmontando un mito

Desmontando Star Wars

¿Te gusta Star Wars? Si no has visto las películas te recomiendo que no lo leas. Si tu respuesta es un sí, léelo y míralas de nuevo, para poderlas ver con nuevos ojos. Una oportunidad única de redescubrir una saga con la que han crecido y soñado varias generaciones. Una vuelta de tuerca, con mucho humor y mala leche, a una historia conocida prácticamente por todos.

En ocasiones, cuando una historia cuenta con suficiente trasfondo y referencias, trasciende de la simple ficción y acaba convirtiéndose en objeto de estudio. Este podría ser el caso de la Guerra de las Galaxias, convertida en fenómeno social desde el estreno de la primera película en 1977 (con gente que ha fundado hasta una religión, el jedismo) y que estrena nueva película el 18 de diciembre de 2015 (la séptima).

Para la realización de estas películas, George Lucas (el padre de la saga) se inspiró en múltiples elementos como lo son: el papel opresor de los imperios, el auge del fascismo y la destrucción de la democracia, los samuráis, elementos filosóficos del taoísmo y del budismo, o la caída y persecución de los miembros de la Orden de los caballeros Templarios. Como vemos, son muchas las ideas que se van entremezclando en este macro-cuento que es “Star Wars”.

Lo curioso de todo ello son las teorías y los análisis que han ido apareciendo cada año (y lo siguen haciendo). Desde manuales que analizan la moralidad y la psicología de los personajes, hasta la aparente religiosidad de los mismos, sistemas económicos o defensa de los valores de cada uno de los bandos que se enfrentan en esta saga. Son varios los puntos en los que me voy a detener en base a los siguientes artículos (omito los títulos para no adelantar acontecimientos): un artículo de 2002, escrito por Jonhatan V. Last para “Weekly Standard; un artículo de Sonny Bunch de 2015 para “Washington Post”; un artículo de Confortably Smug para “Decider”; y  información que circula por “Reddit”. Para ello solo se sirven de la información contenida en las películas.

En primer lugar debe hablarse del problema de la República Galáctica, controlada por un Senado que representa a miles de planetas, todo ello dirigido por un Canciller elegido democráticamente, pero con un poder muy limitado. Además la corrupción está generalizada y la burocracia asfixia al sistema. Esto se traduce en una inoperatividad hasta el punto de no poder impedir las agresiones entre miembros de la propia República.

Esta República Galáctica no cuenta con una fuerza permanente para el mantenimiento de la paz (un ejército, vamos). Solo cuentan con la ayuda de un grupo de guerreros, los caballeros Jedi, que son una fuerza autónoma que en ocasiones colaboran con el Senado para evitar conflictos. Pero el número de caballeros es muy bajo (son apenas unos miles) lo que impide garantizar la seguridad de los planetas de la República.
Los caballeros Jedi son presentados como grandes héroes. Son parte de una combinación de movimiento religioso y aparente milicia democrática, cuya filosofía cree en un concepto denominado “la fuerza”: una energía mística de la que proviene su poder y que les permite desarrollar una serie de habilidades tales como telekinesis o potenciar sus habilidades físicas. Existe un movimiento contrario y presentado como maligno conocido como Sith. Por medio de este culto, los Jedi intentan adoctrinar al pueblo y fomentar el uso de la fuerza, esa energía que estaría al alcance de cualquier adepto correctamente entrenado, lo que sería perfecto sino fuese porque es completamente falso.

La fuerza no está al alcance de cualquiera, por mucho entrenamiento y estudio que se tenga. La capacidad para manipular la fuerza no depende de habilidad, sino de unos microorganismos simbióticos llamados “midiclorianos” (como se explica en la película de la “Amenaza fantasma”) que se encuentran en el flujo sanguíneo de algunas personas (lo que estaría asociado a su carga genética). Por lo tanto la Orden de los caballeros Jedi no es una milicia democrática, sino un grupo nobiliario. Un lobby cuyo acceso queda limitado a la tenencia o no de midiclorianos en la sangre.

Será este el punto decisivo para la admisión a tan selecto grupo de un personaje que se convertirá en clave para esta historia: Anakin Skywalker, futuro Darth Vader, un niño esclavo (contradicción el que exista esclavitud en un sistema democrático) “el elegido” que devolverá el equilibrio a la fuerza. Debe mencionarse que el encuentro con él no habría sido posible sin otro personaje que es odiado por la gran mayoría: Jar Jar Binks, una especie de anfibio humanoide, que es presentado como un completo idiota, pero ¿lo es realmente?

Son varios los momentos que hacen sospechar que podríamos encontrarnos ante una teoría plausible: Jar Jar es un Sith. En primer lugar exhibe destrezas físicas que ningún otro miembro de su especie parece poseer (ejecutando un salto antes de sumergirse en el agua) o simplemente desembarazándose de varios androides enemigos de una manera que aparenta ser cobardía pero que podría ser perfectamente un estilo de lucha similar a la del “luchador borracho”. Por otra parte parece tener de cierta habilidad de control mental, pues constantemente mueves las manos de una manera “peculiar” como si estuviese realizando alguna clase de truco para embaucar (como se vería en la película “Una nueva esperanza” por parte de Obi Wan Kenobi). Esto podría ser achacable a la buena suerte, pero de manera tan habitual parece ser difícilmente creíble (además esos ojos amarillos que tiene como todo buen Sith, deja abierto el hueco a la imaginación).

En el “Ataque de los clones”, aparece un renegado caballero Jedi, el Conde Dooku, otro conspirador clave en la saga. Lidera un movimiento secesionista de planetas, que desembocará en una guerra galáctica, la cual servirá de excusa para el establecimiento de un ejército permanente de la República: el ejército clon, el cual había sido encargado por él diez años antes a un poderoso planeta industrial. Además este ejército será clave para la caída de la República y de la orden los caballeros Jedi.

Volviendo a Jar Jar, son muchos los detractores de este personaje, considerado por  la mayoría como un payaso, pero lo cierto es que es decisivo para la historia, pues gracias a él se establece contacto con Anakin Skywalker (futuro Darth Vader, encargado de minar la orden Jedi desde dentro) y facilita el acceso del senador Palpatine, quien ya era Canciller, al pooder absoluto mediante el discurso de Jar Jar ante el Senado, gracias a lo cual se convierte en Emperador. Por lo tanto ¿es realmente un idiota o una de las mentes maestras detrás de la caída de la República?

Tras asistir al fin de la vieja República en “La venganza de los Sith” con la ejecución de la Orden 66, que supone la erradicación de los Jedi y su cacería a través de la galaxia, de la creación del Imperio galáctico no se explica nada, ni de la transición entre ambos modelos. Lo único que sabemos es que Palpatine se vuelve un dictador tras la abolición del Senado, pues solo él ostenta el poder, contando con Darth Vader como su mano derecha y ayudado de subalternos (una suerte de aristocracia militar). Merece la pena destacar como el Imperio fomenta la meritocracia. La sustitución de los antiguos clones por nuevos reclutas de toda clase y condición favorece el acceso a las instituciones (esto se ve con algunos ascensos que suceden durante la saga, o con el propio Han Solo, de quien se hablará más adelante, quien adquiere su formación de piloto gracias a las academias imperiales).

Pero más allá del intento de estabilidad mediante las continuas patrullas de soldados imperiales a través de la galaxia, que se limitan a cumplir con su labor coercitiva (como cualquier Estado) con el control sobre los territorios (lo que da a entender que presumiblemente se lleva a cabo alguna labor recolectora de impuestos) y la lucha contra el crimen organizado (como por ejemplo como se ve contra los grupos de Hutt) no parece que por lo demás esto se traduzca en efectos reales sobre el ciudadano de a pie (se desconocen campos claves como son la educación y la sanidad dentro del Imperio).

En este contexto surge el movimiento extremista, como se explicará posteriormente, conocido como “Alianza Rebelde”, que podría considerarse un grupo terrorista, entre cuyos líderes se mezclan el fanatismo religioso, narcotraficantes y familiares de poderosos cargos imperiales, lo que resta credibilidad al movimiento. Este grupo, del que se desconoce su origen, financiación y motivación real, más allá de considerar al Imperio como una fuerza opresora y brutal, no indican nada acerca de cuáles son sus ideales políticos, ni que pretenden una vez hayan acabado con él.

Es cierto que el Imperio se sirve de cazadores de recompensa, pero todo ello dentro lo que se podría considerar el terreno de guerra sucia contra el terrorismo. Ciertamente el acto más destructivo llevado a cabo por el Imperio es la destrucción del planeta Alderaan, pero todo ello en un intento de acabar con la rebelión mediante una muestra de su poder, en lo que se consideraría un “menor mal”. Comencemos explicando cada uno de sus líderes y el por qué dicha decisión podría ser considerada como un menor mal.

En primer lugar nos encontramos con la princesa Leia Organa, hija de Darth Vader (aunque parece que ambos lo ignoran) quien es capturada eficazmente por un grupo de soldados imperiales liderados por su padre. Ella se encontraba en lo que denomina una misión diplomática, cuando realmente está desarrollando una actividad de espionaje al trasladar los planos de la nueva estación espacial del Imperio denominada “Estrella de la muerte” para ponerlo en conocimiento de los rebeldes. Poco antes de ser hecha prisionera, encripta en un androide dicha información y se la envía a un antiguo Jedi, Obi Wan Kenobi, mentor de su padre también, que se encuentra en el planeta Tatooine. Por todo ello, cuando declara que Alderaan es un planeta pacífico (dentro de un interrogatorio mantenido con las autoridades, quienes intentan descubrir el centro de operaciones del grupo rebelde) indicando además que no cuenta con armas ¿no podría ser claramente otra mentira dentro de su actitud colaboracionista con los rebeldes?

Esto implicaría que Alderaan es por tanto un objetivo militar legítimo y argumentaría su destrucción en el marco de las operaciones de lucha contra este grupo. Las opciones previas que se barajarían ante un supuesto de similares características serían las siguientes: invadir el planeta, depurar los colaboracionistas y sustituirles por gobernantes leales al imperio. Esto habría supuesto un ingente envío masivo de tropas, sin llegar a garantizar el éxito contra un movimiento que se sirve de la lucha de guerrillas y que podría haberse expandido, desestabilizando la zona, y traduciéndose en la pérdida de millones de vidas. Todo ello sería el motivo por el cual se adopta la decisión de destruir Alderaan.

Volviendo al desértico planeta Tatooine, será aquí donde aparezca otro personaje clave en esta historia: Luke Skywalker (casualmente hijo también de Darth Vader). A través de las películas vemos cómo pasa de ser un granjero, viviendo una vida tranquila junto a sus tíos, hasta convertirse en todo un terrorista fanatizado (asesinando a miles de personas con la destrucción de la Estrella de la muerte, asesinando a su parte tras haberle mutilado previamente y llegando a tener una relación incestuosa con su hermana).

Luke vive al cuidado de sus tíos, creyendo que es huérfano, y sin contar con muchos amigos. Sueña con tener más edad para enrolarse en las fuerzas imperiales y salir de la granja, donde lleva una vida insípida y sin aspiraciones, lo cual no parece reportarle ninguna satisfacción. Por ello se entiende que el Imperio para él es una forma de alcanzar estabilidad en su vida. Todo cambiará radicalmente con la compra de unos androides (los que había mandado Leia) que le harán entrar en contacto con Obi Wan Kenobi.

Tras una serie de infortunados acontecimientos, como lo es la muerte de sus tíos a manos de tropas imperiales, mientras están buscando los androides que contienen los planos de la estación espacial (en lo que podría considerarse un daño colateral de dicha acción) Luke, quien se encuentra en estado de shock tras encontrar los cuerpos carbonizados, se entrega a las enseñanzas de Obi Wan, quien le indica que debe dejar todo atrás, conduciéndole al movimiento rebelde y guiándole en las enseñanzas de la fuerza así como en el uso de diferentes tipos de armamento. Para ello contactarán en el puerto de Mos Eisley, con otro personaje que terminará siendo uno de los cabecillas de la rebelión: Han Solo, un antiguo piloto imperial reconvertido en contrabandista/narcotraficante, a las órdenes de un esclavista (Jabba el Hutt)

El culmen de la conversión de Luke es cuando en el transcurso del duelo mantenido entre Darth Vader y Obi Wan a bordo de la Estrella de la muerte, este último, al ver que es observado por Luke, decide inmolarse al considerar que se trata de una oportunidad única que servirá de inspiración para la plena radicalización de Luke, quien lo verá como un martir. Se habla mucho de lo ineficaces que son los soldados imperiales y de su mala puntería, pero realmente lo que pretenden cuando les disparan no es acabar con ellos sino simplemente capturarles (es el propio Obi Wan quien habla de la puntería de dicha tropa por lo que resulta evidente cual eran la intención real)

En cuanto a la fanatización de Luke, la prueba más evidente es la destrucción de la Estrella de la muerte, aniquilando a todo aquel que se encontraba en ella (lo que incluye al personal no militar que estuviese en las instalaciones). Además tras estos hechos, continuará su adiestramiento en el planeta Dagobah de la mano del místico Yoda, quien le ayudará a profundizar más en su entrenamiento físico como en su educación moral, en una actividad de reacondicionamiento mental (o lavado de cerebro) lo que explicaría su transformación de ser un joven tímido y sonriente a una persona oscura, taciturna y que no duda a la hora de matar (como hace con toda la tripulación de la nave de Jabba el Hutt o con su padre). Debe indicarse que Darth Vader lucha hasta el final por intentar reconvertir a su hijo e implantar una monarquía galáctica tras derrocar al Emperador, aunque finalmente fracasa.

Por último hay que indicar que la Alianza Rebelde logra derrocar al Imperio. Después de la rebelión, con la destrucción de la segunda estación espacial imperial, debe entenderse que con la desaparición de las estructuras de poder se establece un estado de absoluto caos y anarquía como si de una especie de Somalia galáctica se tratase, en la que múltiples facciones lideradas por señores de la guerra luchan entre sí por el poder. Dicho todo esto cabe preguntarnos ¿Quiénes son los buenos y los malos realmente? ¿Qué sucede a continuación? Todo ello nos lo contestará J.J. Abrahams. Para ello tendremos que esperar al 18 de diciembre con la nueva película de la saga.


THE RADICALIZATION OF LUKE SKYWALKER: A JEDI´S PATH TO JIHAD

http://decider.com/2015/12/11/the-radicalization-of-luke-skywalker-a-jedis-path-to-jihad/

The destruction of Alderaan was completely justified

The Case for the Empire-. Everything you think you know about Star Wars is wrong.


Jar Jar is a Sith

https://www.reddit.com/comments/3qvj6w

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